En pocos lugares es tan importante un control de plagas de calidad como en los entornos en que procesas alimentos, ya sea en tu propia casa, tu oficina, un restaurante o las áreas de elaboración de un hotel, ya que una infestación puede poner en peligro el producto y también tu reputación personal o la de tu compañía.

Muchos creemos estar conscientes de esto, pero lo que no sabemos es que el control de plagas en estos ambientes es una actividad sensible y compleja, en la que es necesario tomar precauciones para mantener la seguridad de los alimentos.

Siete Pasos para un Correcto Control de Plagas 

En los entornos de procesamiento de alimentos, un correcto control de plagas es una necesidad indiscutible. Y también lo es hacerlo de forma que los tratamientos no amenacen la seguridad de los alimentos. La mejor manera de manejar las plagas y, al mismo tiempo, cuidar el medioambiente que circunda tu casa u otro lugar de procesamiento de alimentos, es seguir los principios del Control Integrado de Plagas (CIP).

Los programas de control integrado de plagas tienen éxito por una simple razón: se enfocan en que el control de plagas es un proceso, no una actividad puntual. Además, confiar únicamente en el control químico, cuando existen muchas otras herramientas disponibles, nunca es la mejor solución.

Al abordar causas subyacentes de las infestaciones de plagas, como el acceso a alimento, agua y refugio, el CIP puede prevenir la infestación incluso antes de que se considere el uso de plaguicidas.

Paso 1: La Inspección

La piedra angular de un sistema CIP eficaz es un programa de inspecciones regulares. En las plantas de procesado de alimentos, las inspecciones semanales, o incluso más frecuentemente, son comúnes. Estas inspecciones de rutina deben enfocarse en las áreas donde es más probable que aparezcan las plagas (zonas de recepción de mercancias, áreas de almacenamiento, etc), e identificar posibles puntos de entrada, fuentes de alimento y agua o zonas de refugio para las plagas, que podrían originar problemas.

Sin embargo, en la cocina de nuestras casas, con frecuencia somos mucho menos cuidadosos. Nuestra experiencia muestra cómo en una cocina residencial, que se ve pulcra e inmaculada, no sólo habitan numerosas plagas, sino que sin darnos cuenta hemos creado ambientes propicios para que estas se desarrollen. De ahí la importancia de una inspección profesional.

Paso 2: Acción preventiva

Si las inspecciones regulares revelan vulnerabilidades en el programa de control de plagas, hay que tomar medidas antes de que causen un problema real. Una de las medidas de prevención más eficaces es la exclusión, es decir, realizar el mantenimiento estructural necesario para cerrar los posibles puntos de entrada de las plagas detectados en la inspección.

Al controlar a las plagas físicamente, es posible reducir la necesidad de aplicar medidas químicas. Del mismo modo, un correcto saneamiento y limpieza eliminarán las potenciales fuentes de alimento y agua, reduciendo la insistencia de la plaga.

Paso 3: Identificación

Cada plaga tiene un comportamiento diferente, por lo que al identificar correctamente a la especie problemática se la puede eliminar de forma más eficiente y con menos riesgo de dañar a otros organismos.

Los profesionales del control de plagas empiezan siempre por la correcta identificación de la plaga a tratar. Así que es importante asegurarse de que el proveedor de control de plagas contratado está bien formado en la identificación y el comportamiento de las plagas.

Paso 4: El análisis

Una vez que la plaga está correctamente identificada, es necesario averiguar por qué existe una plaga en la instalación. ¿Hay restos de alimentos, acumulación de humedad u olores que puedan atraerla? ¿Cómo encuentra la plaga el camino para entrar en la instalación? ¿Es posible que las mercancías entrantes estén infestadas?

Las respuestas a este tipo de preguntas conducirán a la elección de las mejores técnicas de control.

Paso 5: La selección del tratamiento

El control integrado de plagas hace hincapié en el uso de métodos de control no químicos, como la exclusión o la captura, antes que las opciones químicas. Cuando otros métodos de control han fracasado o son inadecuados para la situación, pueden aplicarse productos químicos, en formulaciones poco volátiles, en áreas específicas y para tratar una plaga específica.

En otras palabras, se trata de utilizar los tratamientos adecuados en los lugares correctos y en las aplicaciones mínimas necesarias para controlar la plaga con éxito.

A menudo, el tratamiento adecuado consistirá en una combinación de posibilidades, desde los tratamientos químicos hasta el uso de cebos o la captura.

No obstante, si establece como principio el uso de opciones no químicas primero, puede asegurarse de que el programa de control de plagas de su casa o empresa elimina efectivamente las plagas con el menor riesgo para la inocuidad de los alimentos, los organismos no diana y el medioambiente.

Paso 6: Supervisión

Dado que el control de plagas es un proceso continuo, el monitoreo constante de plagas en las instalaciones residenciales y comerciales y, si es necesario, los cambios en las instalaciones o operacionales, pueden proteger contra las infestaciones y ayudar a eliminar las existentes.

Además de asegurarnos de que el profesional del control de plagas visite periódicamente las instalaciones de procesamiento de alimentos en nuestras casas o entornos comerciales, los miembros de la familia o del equipo de la compañía deben involucrarse en el programa CIP y ser sus ojos y oídos diarios. Todos deben ser conscientes de los temas de sanidad e higiene incluidos en el programa, y deben notificar cualquier signo de actividad de plagas. Ante la presencia de una plaga real, la inmediatez de reacción es crucial.

Paso 7: Documentación

Las auditorías en seguridad y calidad alimentaria son cada vez más relevantes para el sector alimenticio y deberíamos hacerlas también en nuestras casas, primero nosotros mismos y luego guiados por un profesional del tema.

En las casas generalmente no documentamos las acciones que tomamos (aunque quizás deberíamos); en las oficinas y entornos comerciales, la documentación actualizada sobre el control de plagas es una de las primeras señales que recibe el auditor de que la compañía se toma el tema en serio.

Entre los documentos importantes se incluyen: el alcance del programa, informes de actividad de control de plagas, informes de servicio, informes de acciones correctivas, mapas de disposición de trampas, lista de biocidas autorizados, informes de uso de biocidas y las licencias de los aplicadores.

Para asegurar el máximo potencial del programa CIP es importante enfocar la relación con el profesional del control de plagas como una asociación. La comunicación abierta y la cooperación entre los miembros de la familia, los directivos y empleados de la compañía, el personal y el proveedor de servicios biocidas aportan beneficios claros: menos problemas, productos más seguros y mejores puntuaciones en las auditorías.